Cómo proteger nuestra frágil reputación en la Web

Cada día hay más personas participando en esta nueva versión de la Web, en la que los Blogs y las redes sociales son las estrellas; y donde las actuales tasas de crecimiento de la blogosfera incrementan la probabilidad de que los nuevos participantes impacten en nuestra vida, incluso sin siquiera saberlo.

La Web como vitrina de nuestra vida


Cuando creamos nuestra cuenta en Facebook, MySpace, LinkedIn o cualquier otra red social estamos proclamando a todo el mundo nuestra existencia, física y virtual. Sin embargo no siempre tomamos en cuenta las consecuencias que ello tiene en nuestro diario vivir.

Las fotos que publicamos. Publicar una foto nuestra implica abrir nuestra vida al público, independiente del contenido de la foto, estemos apagando las velas de nuestra torta de cumpleaños, sentados en la terraza de nuestro balcón o con un schop en la mano y la mirada perdida en el horizonte. Todos estos casos pueden tener consecuencias y usos que no podemos prever.

Foto de malias, Flickr

Lo que escribimos. Lo mismo ocurre con nuestros comentarios y dichos. Ya sea que divulguemos un chisme respecto a algún conocido, mintamos o simplemente hablemos mal de algo o alguien, no sabemos quien llegará a leer dichos comentarios, hasta que sea demasiado tarde.

Lo que usamos o hacemos. La diversidad de aplicaciones que existen en Facebook o MySpace es impresionante, desde cuál es tu música favorita hasta qué asesino maniático se parece a ti.

Pues bien, estas simpáticas y divertidas aplicaciones pueden ser interpretadas de otras formas: lo mucho que perdemos el tiempo en este tipo de cosas, las inquietantes similitudes con Charles Manson o la poca dignidad que tenemos al señalar abiertamente nuestra ignorancia, estupidez y otros apelativos que nos entregan dichas aplicaciones.

Puede parecer paranoico pero las historias son reales y sus consecuencias pueden ir desde una simple broma con nuestra foto, un despido e incluso la muerte.

¿Para qué involucrarse entonces?


No todo es caos, muerte y peligro en la Web.

Tal como mencioné en un principio, la explosión de usuarios en las redes sociales ha sido tal que cada día es posible encontrar viejos conocidos, lo que nos permite recuperar un contacto perdido hace años, saber que es de sus vidas, organizar reuniones o conseguir un nuevo empleo.

Así como el networking (comunicación a través de la Web) nos puede jugar malas pasadas por nuestros dichos, del mismo modo nos permite entrega la posibilidad de interactuar con gente que en la vida real no llegaríamos a conocer o personas que nos podrían ayudar en momentos de problemas.

El concepto de Googling ha sido utilizado por muchas empresas, sobretodo en Estados Unidos, y el cuál consiste en buscar información respecto a los candidatos a puestos de trabajo ofrecidos. En este caso, un perfil apropiado puede sernos de mucha utilidad. Más aún, si nuestras redes de contacto tienen valor por si mismas.

Pero el tema no acaba ahí. Las redes sociales están basadas sobre plataformas que nos permiten desarrollar aplicaciones sobre ellas. Sí, las mismas que nos pueden causar problemas.

Muchos han visto una gran oportunidad en estos nichos y han comenzado a desarrollar sus propias aplicaciones, generando ingresos a partir de ellas (una buena alternativa cuando nos despidan por nuestras fotos...)

Conclusión


Hemos visto lo malo y lo bueno de existir en la Web y especialmente en las redes sociales. Existen varias formas de cuidar y cultivar nuestra reputación en la Web, y para ello es importante tener en cuenta lo siguiente:

Todo nuestro actuar tiene consecuencias, ya sea en la vida real o en la red. Si cruzamos corriendo una calle con alto tráfico corremos serio riesgo de sufrir un accidente. Lo mismo ocurre en la Web.

Mientras no existan instancias controladas para nuestra privacidad en la red, tanto legales como en las mismas redes sociales, es importante tener en cuenta y seguir estas pequeñas recomendaciones:

Pensar antes de publicar. Antes de escribir esa respuesta en que destruimos a quién nos critica, pensémoslo dos veces. ¿Es demasiado hiriente? Ganaré la discusión, pero ¿a qué precio?. Dejemos el teclado y demos una vuelta. Una vez que tengamos fría nuestra cabeza, sentémonos y veamos si publicamos nuestra respuesta.

¿Vale la pena publicar esa foto? Todos tenemos fotos en fiestas, unos más sobrios que otros :), lo importante es tener en consideración lo que nos podría traer ello consigo.

Reglas de Netiquette. Existe desde tiempos inmemoriales, un conjunto de reglas de buenas constumbres para aquellos que participan en la red. Los invito a leer estas reglas de netiquette.

Bibliografía. Hace poco leí sobre un libro (El Futuro de la Reputación) que contempla todos estos puntos y muestra ejemplos muy gráficos y reales de las consecuencias de nuestro actuar en la red. Puede que no tengamos participación en redes sociales, pero tal vez alguien cercano a nosotros si, y quizás esa persona haya publicado algo referente a nosotros.

La reputación no se compra o gana, se cultiva y se mantiene.